martes, 24 de junio de 2014

DICAF. Efectos indeseables de los fármacos anticolerinérgicos.

Pharmazeutische Zeitung 2013; 158 (41): 28-39 (3540-3551) - Aktories K. et al.: Allgemeine und spezielle Pharmakologie und Toxikologie . 11. Auf.: ; 2013
Los medicamentos anticolerinérgicos son útiles en determinadas circunstancias pero la gama de efectos adversos asociados, tanto a nivel del sistema nerviosos central como del sistema nervioso periférico, hacen que su utilización pueda llegar a ser contraproducente en determinado tipo de pacientes
Los fármacos de efecto principalmente anticolerinergico incluyen a los antieméticos/antivertiginosos (dimenhidrinato), antiparkinsonianos (biperideno, etc.), espasmolítico gastrointestinal (butilescopolamina), antiespasmódico urinario (oxibutinina, tolterodina, etc.), broncodilatadores inhalados (ipratropio, tiotropio, etc) y midriático (atropina, escopolamina, tropicamida, etc.).  Los efectos anticolerinergicos por lo general pueden ser útiles al tratamiento pero en otros casos pueden ocasionar severos  efectos indeseados.
Los efectos anticolerinérgicos se dividen según si afectan al sistema nerviosos central o al periférico. Los típicos efectos anticolerinergicos no deseados sobre el sistema nervioso periférico son los que afectan al corazón (taquicardias, arritmias, …), al tracto gastrointestinal (sequedad de boca, estreñimiento , etc.), a los ojos (alteraciones visuales , etc.) y a las vías urinarias (dificultad para orinar). Los que actúan sobre el sistema nervioso central pueden ser  somnolencia, excitación, agitación, confusión, desorientación, alucinaciones, delirio, convulsiones, etc.
Los efectos secundarios anticolinérgicos clínicamente significativos se conocen bien para  los opiáceos y las drogas psicotrópicas,  principalmente antidepresivos (amitriptilina) y neurolépticos (haloperidol, clozapina, olanzapina). Pero no ocurre lo mismo para otros muchos  medicamentos tales como antihistamínicos, antiulcerosos (ranitidina), analgésicos (tramadol, petidina, etc.).
Son más susceptibles de presentar efectos secundarios por fármacos anticolerinérgicos los pacientes ancianos, los pacientes polimedicados que toman múltiples indicaciones para enfermedades psiquiátricas o  los que son tratados para  demencia o la enfermedad de Parkinson. Por ejemplo, es particularmente crítico   asociar un espasmolítico muscarinergico para el tratamiento de la incontinencia de urgencia en pacientes con demencia si reciben también  un inhibidor de la colinesterasa (por ejemplo, rivastigmina, galantamina o donepezilo), los agentes anticolinérgicos podrían inducir un empeoramiento del deterioro cognitivo y en progreso de la demencia.
Existen situaciones en las que los anticolerinérgicos están especialmente contraindicados, como puede ser el caso de glaucoma por cierre angular, miastenia gravis, colitis ulcerosa, hiperplasia prostática, retención urinaria o trastornos del ritmo cardiaco.
Existen varias escalas que permiten comparar  las sustancias   para determinar la llamada “carga anticolinérgica total”. En estas escalas los diferentes fármacos reciben una puntuación entre 1 y 3. La carga anticolinérgica total del paciente se obtiene sumando las puntuaciones de todos los medicamentos que consume. En este sentido cabe destacar que estas escalas pala la evaluación del riesgo asociado a anticolerinérgicos presentan en ocasiones claras diferencias entre ellas en relación a  la evaluación de determinadas sustancias. Además deben valorarse también  factores individuales de variables tales como las características específicas de la sustancia (permeabilidad de la barrera hematoencefálica,   metabolismo,   eliminación), del paciente (edad, etc.) y relacionadas con el modo de aplicación o la dosis.
Lo que sí parece que está claramente establecido es que la introducción progresiva de este tipo de fármacos puede ayudar a evitar efectos anticolerinérgicos grabes, que por lo general tienden a remitir cuando se detiene el tratamiento.

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