miércoles, 10 de diciembre de 2014

DICAF. Aumento del riesgo de eventos cardiovasculares agudos después de la pérdida de un ser querido: estudio de cohortes.

JAMA Intern Med 2014; 174 (4): 598-605.
Los resultados de un estudio poblacional a gran escala asocian la muerte de la pareja sentimental a un aumento de riesgo de eventos cardiovasculares mayores en las semanas inmediatas a la pérdida.
Ya sea por que el dolor asociado a la pérdida de un ser querido puede conducir a una situación de estrés físico adicional o por que las personas afectadas pierdan  interés general o se olvide de tomar su medicación, el periodo de duelo   ha sido reconocido en ocasiones como un momento de mayor riesgo de eventos cardiovasculares. Hasta el momento, este riesgo nunca había sido  bien cuantificado, y  son escasos los estudios poblacionales a gran escala que han mostrado interés en  examinar el duelo por la muerte del compañero sentimental.
Investigadores de la Universidad de St. George de Londres, en el Reino Unido, han publicado los resultados de un estudio en el que se compararon la tasa de eventos cardiovasculares entre   personas mayores cuya pareja habían muerto en fecha reciente  con los de un grupo control de individuos cuya pareja todavía estaba viva. Un total, 30.447 personas de entre  60 y 89 años, que al inicio del estudio   experimentaron duelo por la pareja fueron emparejados por edad, sexo, y condiciones médicas similares  con un  grupo de control constituido por 83.588 personas que no estaban de duelo. Las principales mediciones fueron la  aparición de  infarto de miocardio (mortal o no mortal)  o accidente cerebrovascular dentro de los primeros 30 días de duelo. Como medidas secundarias se tomaron la ocurrencia de   síndrome coronario agudo sin infarto de miocardio y  embolia pulmonar. Los resultados entre grupos  se compararon a los 30, 90, y 365 días.
Dentro de los primeros 30 días de la muerte de su pareja, un 0,16%  en el grupo de dolientes experimentaron  un infarto de miocardio o un accidente cerebrovascular en comparación el 0,08% observado durante el mismo período en el   grupo control  emparejado,  con una razón de tasa de incidencia (RTI, cociente entre la tasa de incidencia de los dos grupos) de  2,20 (IC del 95%, 1,52 -3,15).  Por separado, el aumento de riesgo obtenido  para infarto de miocardio  presentó un RTI de 2,14 (IC 95%; 1,20-3,81) y el RTI para  accidente cerebrovascular fue de de 2,40 (IC 95%; 1,22-4,71). Este aumento de riesgo fue observado  tanto en hombres como en mujeres, sin diferencia significativa, con tendencia a la atenuación tras el primer periodo de 30 días. También se obtuvo asociación en  el aumento de la frecuencia de eventos más raros como riesgo elevado de  síndrome coronario agudo sin infarto de miocardio  y embolia pulmonar.
Los autores valoran  las oportunidades para la prevención y  mejora de la atención clínica que ofrece  una mejor comprensión de los factores psicosociales asociados con eventos cardiovasculares agudos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario