lunes, 16 de febrero de 2015

JAMA. Resultados clínicos y de seguridad asociados al tratamiento del tromboembolismo venoso agudo: revisión sistemática y meta-análisis.

 http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/25226478
Los datos de una revisión sistemática con meta-analisis indican que no existen diferencias significativas entre las principales estrategias de tratamiento anticoagulante por lo que refiere eficacia y seguridad en situación de tromboenbolismo venoso agudo
La enfermedad tromboembólica venosa la conforman un conjunto de alteraciones entre las que se incluyen la trombosis venosa profunda (TVP) y la embolia de pulmón. Cuando un vaso se daña el cuerpo responde con la creación de un trombo para limitar la pérdida de sangre y evitar alteraciones en la homeostasis del organismo. La trombosis venosa se produce cuando eventualmente el trombo ocupa la luz de las venas. Si se trata de un trombo grande que queda asentado en las venas profundas de las piernas nos hallamos ante  lo que se denomina trombosis venosa profunda. En esta situación, el trombo pude llegar a fragmentarse en pequeñas partes que circulan por el torrente y pueden, ocasionalmente, obstruir el flujo sanguíneo a nivel pulmonar, produciéndose la embolia de pulmón.
En situaciones de tromboenbolismo venoso agudo, existen diferentes opciones de tratamientos anticoagulantes, pero no está del todo claro qué farmacología  es el más eficaz y segura. Una revisión sistemática con meta-análisis seleccionó (accediendo a MEDLINE, EMBASE y otros fuentes de bibliográficas de temática médica basada en la evidencia) ensayos aleatorizados  que informasen de  tasas de tromboenbolismo venoso recurrente y hemorragia mayor en pacientes con tromboenbolismo venoso agudo. De los 1.197 estudios identificados, 45 reunieron los requisitos predefinidos para ser incluidos en el estudio, recogiéndose de  forma global  datos de  44.989 pacientes. El objetivo fue comparar los resultados de eficacia y seguridad asociados con 8 opciones de tratamiento anticoagulante: heparina no fraccionada (UFH),  heparina de bajo peso molecular (LMWH), o fondaparinux combinado con un antagonista de la vitamina K; LMWH con dabigatrán o edoxaban; rivaroxaban; apixaban; y LMWH sola.
En comparación con la combinación LMWH -antagonista de la vitamina K,  la  estrategia de tratamiento con la combinación UFH -antagonista de la vitamina K y se asoció con un mayor riesgo de tromboenbolismo venoso recurrente (hazard ratio [HR], 1,42; 95% intervalo de credibilidad [CRI], 1,15 -1,79). La proporción de pacientes que experimentaron tromboenbolismo venoso recurrente durante los 3 meses de tratamiento fue de  1,84% (95% CRI, 1,33% -2,51%) para la combinación UFH -antagonista de la vitamina K y  de  1,30% (95% CRI, 1,02% -1,62%) para la combinación LMWH-antagonista de la vitamina K. Los tratamientos con Rivaroxaban (HR, 0,55; 95% CrI, 0,35-0,89) y apixaban (HR, 0,31; 95% CRI, 0,15 a 0,62) fueron los que se  asociaron con un menor riesgo de sangrado en comparación con la combinación LMWH– antagonista de la vitamina K, con una menor proporción de pacientes que experimentaron un evento hemorrágico mayor durante los 3 meses de tratamiento con anticoagulante: 0,49% (95% CRI, 0,29% -0,85%) en el caso de rivaroxaban;  0,28% (95% CRI, 0,14% -0,50%) para apixaban:  y 0,89% ( 95% CRI, 0,66% -1,16%) para la combinación LMWH-antagonista de la vitamina K.
De forma global no se encontraron diferencias estadísticamente significativas en lo que refiere a  los resultados de  eficacia y  seguridad asociados con la mayoría de las estrategias de tratamiento analizadas  en comparación con la combinación LMWH-antagonista de la vitamina K. Lo que sí parece desprenderse de estos  hallazgos es que la utilización de la combinación UFH -antagonista de la vitamina K  se asocia con la estrategia menos efectiva y que los tratamientos con rivaroxaban y apixaban pueden estar asociados con un menor riesgo hemorragico.

No hay comentarios:

Publicar un comentario