lunes, 22 de junio de 2015

El otoblog. El absceso periamigdalino o "Quincy" (VÍDEO)

Quincy es el otro nombre que se le da en la literatura anglosajona al absceso periamidgalino. Lo definimos como la colección de pus en el espacio periamigdalino, concretamente entre el músculo constrictor inferior de la faringe, el músculo palatofaríngeo y la cápsula de la amígdala. Es una zona que es pobre en tejido conectivo y es propensa a la formación de abscesos.
El absceso periamigdalino se estudia en los libros de texto dentro del apartado de complicaciones de las amígdalitis, con frecuencia existen antecedentes de amigdalitis de repetición. Pero tal vez no...
Existen dos teorías que intentan explicar la formación de abscesos a este nivel:
  • La tradicional (aceptada por la mayoría) explica que el proceso infeccioso, inicialmente una celulitis, con frecuencia evoluciona a la formación de un absceso localizado entre el lecho amigdalino y la cápsula de tejido conectivo que envuelve a la amígdala. Las criptas amigdalares permitirían que la infección se propagase al espacio periamigdalino.
  • La segunda teoría propone que la infección se origina en las glándulas salivares de Weber, ubicadas en el área superior al polo amigdalino. Sabemos que hasta un 35% de las faringoamigdalitis bacterianas cursan sin placas pultáceas, pero es curioso que en muchos de los abscesos periamigdalinos no vemos realmente placas de pus en las amígdalas. 
El diagnóstico es clínico, y los síntomas encontrados con mayor frecuencia son: fiebre, afectación del estado general, dolor de garganta (habitualmente de un lado) voz engolada o "en patata caliente", y otalgia referida.
La exploración es muy característica: eritema y edema del paladar blanco del lado afectado, la amígdala aumentada de tamaño y desplazada hacia el lado sano, la úvula desplazada hacia el lado sano, trismus (dificultad para abrir la boca) y ganglios linfáticos aumentados de tamaño.
Absceso periamigdalino izquierdo. Gran abombamiento del velo del paladar.

Absceso periamigdalino izquierdo: edema de paladar blando y desplazamiento
 de la úvula hacia el lado sano.

No confundir un absceso periamigdalino con un quiste de retención amigdalino

El tratamiento del absceso periamigdalino se basa en la administración de antibióticos y el drenaje del pus. Hay gran variabilidad en la práctica clínica, pero sea cual sea protocolo del centro o del hospital, las cifras de curación son muy altas. 
Podríamos estar hablando horas y horas sobre diferentes aspectos que siempre salen en la literatura, y que nos hacen reflexionar:
  • ¿Solicitamos alguna prueba de radiología (TAC, ecografía)?
  • ¿Realizamos una punción-aspiración o punción+incisión? ¿Punción-aspiración guiada por ecografía?
  • ¿Es necesario enviar a cultivar el pus extraído?
  • ¿Ingresamos todos los pacientes? ¿O a ninguno? ¿Cuáles pueden tratarse de manera ambulatoria?
  • ¿Qué pauta antibiótica es la más efectiva? ¿Prescribimos esteroides?
  • ¿En qué pacientes es más probable que haya que volver a puncionar-aspirar al día siguiente?
  • ¿Cuál es la tasa de recurrencia? 
  • ¿En qué circunstancias está indicada una amigdalectomía en caliente o quincy tonsillectomy?
Os invito a leer la bibliografía marcada abajo en negrita, me ha parecido muy interesante.
Como hasta aquí parece parece que no he dicho nada nuevo, os dejo un vídeo sobre un drenaje de un absceso periamigdalino, que estoy segura que os encantará


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