martes, 14 de julio de 2015

Yo no quiero sacar a nadie de una parada cardiorespiratoria. J.M. Salas.

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Este post empieza como termina, con el “Yo no quiero sacar a nadie de una parada cardiorespiratoria”.
Llevo ya unos años trabajando subido en una ambulancia, y no puedo negar que me gusta mi trabajo, me encanta la acción y esa chispa de adrenalina que se te dispara cuando te activa el 112 para un aviso en la calle.
Durante estos años en las urgencias extrahospitalarias he vivido muchas anécdotas y algunas de ellas las cuento bajo el pseudómino Con Tinta de Médico, bajo una mezcla de realidad y ficción, intentando humanizar nuestro trabajo.
Últimamente durante mis guardias en Urgencias, algunos residentes de medicina de familia, estudiantes de enfermería y técnicos en emergencias sanitarias me han comentado que les gustaría que pasara algo grande, como un accidente con múltiples heridos o que tuviéramos la posibilidad de presenciar y sacar a alguien de una parada cardiorespiratoria, “porque eso debe ser lo máximo”.
Pues aunque les entiendo, porque yo hace unos años también tuve una sed parecida. Yo les digo, que no quiero sacar a nadie de una parada cardiorespiratoria. Sencillamente, porque no quiero tener que hacerlo, porque ya las he tenido y se que no podemos tener un final feliz en cada parada.
Me gusta mi trabajo, a diario me esfuerzo para estar preparado para atender cualquier urgencia o emergencia que se presente. Conozco los protocolos de actuación y completo la formación que recibo desde la gerencia del 061 con la organización de prácticas en nuestro SUE09, del que estoy muy orgulloso.
Pero no creo que sacar a alguién de una parada cardiorespiratoria sea lo máximo, ese “salvé una vida” no llena de medallas mi ajustado polo amarillo de urgencias, y tampoco las necesito.
Porque a veces me impresiona más las vidas que se salvan desde cualquier centro de salud de atención primaria que desde un servicio de urgencias hospitalario o extrahospitalario.
Porque la lucha diaria que realizan mis compañeros de atención primaria, médicos y enfermeras (a los que a veces critico de manera constructiva), creo que generalmente pasa desapercibida y también merece la pena destacarla.
Aunque no salgan en las noticias, ni tampoco en las portadas de los periódicos, todos son unos héroes anónimos que trabajan en el área de la salud. Son los auténticos responsables de controlar los factores de riesgo cardiovascular de nuestros pacientes, evitando así sus temibles complicaciones.
Son los encargados de mantener una continuidad asistencial, un adecuado control y seguimiento de las enfermedades crónicas, de supervisar la adherencia al tratamiento, visitar a los pacientes encamados y diagnosticar o prevenir los problemas que atentan contra la salud individual y colectiva de la población.
Desde aquí os dejo estas palabras de agradecimiento.
Y suscribo el “yo no quiero sacar a nadie de una parada cardiorespiratoria”, sencillamente porque no es algo que necesite hacerlo para sentirme realizado.
De cualquier manera, seguiré esforzándome cada día para estar totalmente capacitado para actuar cuando se me necesite, y mejorar desde mi nivel de responsabilidad la actuación en urgencias y emergencias en la región de Murcia.
Termino este post con las palabras de Mahatma Ghandi:
” Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es una victoria completa “.
JM Salas – Con Tinta de Médico – Diario de un médico de urgencias adicto a la noche.

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